Guárdate el frasco si quieres,
con sus adornos y detalles,
que yo me quedo con el contenido.
Llevate la palabreria,
los grandes objetivos,
y déjame con la sonrisa del niño,
con el sol arañando mi cara cada día,
con el abrazo de mi amigo.
Para tí la fama,
los grandes eventos
y los grandes sueños sin sentimiento.
Yo solo quiero la caricia de una ducha,
el olor de una sábana limpia,
una sonrisa cómplice furtiva,
el sabor de un beso robado.